Viernes 27 de abril
TEÓRICO Nº 4
DISEÑO Y DISCURSO
Para la clase de trabajos prácticos del viernes 4 de mayo:
Estudiar:
En DISEÑO.COM:
Capítulo 5: “Diseño y
discurso”
En Módulo 1
“Discursos sociales”
“El sentido como producción
discursiva”
en La semiosis
social, de Eliseo Verón
TEXTOS COMPLEMENTARIOS
OBLIGATORIOS:
“El diseño como producción de sentido”, por
Néstor Sexe.
“La bemba”, por Emilio de
Ípola
Aplicación
conceptual
1. Distinga las
nociones de gramáticas de producción,
gramáticas de reconocimiento, condiciones de producción, condiciones de reconocimiento, circulación,
marca, huella, discurso, discurso verosímil y discurso verídico.
2.
Discuta y opine sobre las nociones de discurso social.
3.
Discuta y opine sobre las nociones de rumor
. Guía de lectura
DISEÑO.COM
Capítulo 5: “Diseño y
discurso”
1. Modelo Funcionalista:
“lineal”.
2. La comunicación como
emisión de mensajes y como producción de sentido.
3. Instancias de emisión y
de recepción.
4. Condiciones de producción
y de reconocimiento.
5. Producción de sentido:
producción de subjetividades.
6. Texto y discurso.
7. Semiosis y Semiosis
Social.
8. Relación entre semiosis y
semiosis social.
9. Semiótica Peirceana y
Teoría de la
Discursividad.
10. Pensamiento binario,
binarismo opositivo, pensamiento triádico.
11. Modelo ternario.
12. Toda producción de
sentido es social.
13. Todo fenómeno social es
una producción de sentido.
14. Marca y huella.
15. Diseño y discurso. La
materia significante.
16. Realidad y discurso
social.
17. Lo verosímil.
18. Verosímil y verídico.
19. Contrato de veridicción.
20. La diferencia entre un
diseño basura y un diseño de la basura.
21. Reciclado y revival: las
diferencias como condiciones de producción y de reconocimiento de cada caso.
22. Las cuatro modalidades
discursivas del reciclado.
En Módulo 1
“Discursos sociales”
Capítulo 4 de La semiosis social, Eliseo Verón
1.
Hasta el momento
hemos visto dos corrientes históricas: oir un la de la herencia saussureana (…)
y por el otro lado, un pensamiento ternario sobre la significación, al que
asocié los nombres de Peirce y Frege (Nota: Frege no lo tratamos en este
curso).
2.
En los años setenta
hizo su aparición un recién llegado: el concepto de discurso.
3.
Los dominios que
se abren al comenzar nuestro siglo (re refiere al siglo XX) no son respuestas a
la cuestión del orden social, tal como se había planteado en el siglo XIX.
4.
El funcionamiento
de lo social como ordenamiento no natural de la naturaleza humana será retomado
en la trama de la segunda revolución industrial: una lingüística producida como
“conciencia Colectiva” será consumida como lingüística de la comunicación.
“El sentido como producción
discursiva”
Capítulo 5 de La semiosis social, Eliseo Verón
1.
Resulta evidente
que, desde el punto de vista del análisis de sentido, el punto de vista sólo
puede ser el sentido producido.
2.
Una teoría de
los discursos sociales reposa sobre una doble hipótesis que, pese a su
trivialidad aparente, hay que tomar en serio: (releer en diseño.com y volver al
texto de Verón).
3.
No se trata de
caer en el reduccionismo semiótico, de reducir los fenómenos sociales a
fenómenos significantes.
4.
Por ejemplo: el problema
de la especificidad de la semiosis en el nivel de la organización económica de
la sociedad no es un problema económico. (Traslade el ejemplo a otros campos
disciplinarios).
5.
La doble
hipótesis es inseparable del concepto de discurso.
6.
Toda producción
de sentido tiene una manifestación material. (…) Siempre partimos de “paquetes”
de materia sensible (materia significante) investidas de sentido que son
productos.
7.
El análisis
discursivo no puede reclamar “inmanencia”. (…) Esta perspectiva permite superar
la vieja querella sobre el análisis “interno” y el análisis “externo”. (…) A
los inmanentistas les decimos que el anáisis interno es una ilusión…
8.
A los
partidarios del análisis “externo” les decimos que los objetos significantes
son tratados como significantes, ningún análisis puede ser, en rigor,
“externo”.
9.
Los objetos que
interesan al análisis de los discursos no están “en” los discursos (dentro);
tampoco están “fuera” de ellos, en la “realidad social objetiva”.
10. Relaciones de los discursos con sus condiciones de
producción y con sus condiciones de reconocimiento (…) Reglas de generación y
reglas de “lectura”; gramáticas de producción y gramáticas de reconocimiento,
11. Tanto desde el punto de vista sincrónico cuanto
diacrónico, la semiosis social es una red significante infinita.
12. Gramática de producción >>> gramática de
reconocimiento >>> historia de los textos (historicidad). “Un
pensamiento, en un momento dado sólo tiene una existencia potencial…” (Peirce).
13. El modelo de “unidad mínima” de la red discursiva contiene
dos veces el gráfico triádico de Peirce. (…) “…el desajuste perpetuo entre
producción y reconocimiento”.
14. He dicho: “permaneciendo en el interior de la red
discursiva” ¿Pero es posible salir de ella?...
.
TEXTO COMPLEMENTARIO OBLIGATORIO
El diseño como producción de sentido
Por Néstor Sexe
Vimos el concepto de semiosis como la relación triádica
entre un representamen, el objeto y el interpretante. Luego, la de semiosis
social como la relación entre discursos, acciones y representaciones. De ahí,
podemos pensar el diseño como la relación entre lo sígnico, lo objetual y la
estética.
En lo sígnico incluyo aquello que es del orden
comunicacional; en lo objetual, todo lo relacionado con la parte material del
diseño (sustrato, color, tecnologías, etc.), por último, dentro de la estética
aquello que es del orden de los imaginarios de estilos, tendencias, corrientes,
moda, etcétera.
El caso es que el diseño es un pensamiento singular que
ve en el objeto lo técnico, lo comunicativo y lo estético, a la vez.
Pero hay más, en cualquier decisión proyectual en diseño
uno de estos aspectos se vincula siempre con los otros dos. Así, lo
“comunicativo” tiene alguna implicancia técnica y estética, lo técnico incide
en lo estético y lo comunicativo y, por supuesto, lo estético se vincula con lo
comunicacional y técnico.
Como he dicho muchas veces y se encuentra escrito por
ahí: si uno de estos aspectos se constituye excluyente, estaremos en presencia
de un comunicador, un técnico o un artista, pero no de un diseñador.
PRIMERIDAD SECUNDIDAD TERCERIDAD
REPRESENTAMEN OBJETO
INTERPRETANTE
DISCURSOS ACCIONES
REPRESENTACIONES
COMUNICACIÓN TECNOLOGÍA
ESTÉTICA
TEXTO COMPLEMENTARIO OBLIGATORIO
La
bemba
Introducción:
Lo que sigue es un fragmento del capítulo “La bemba” del
libro La bemba, Acerca del rumor
carcelario, de Emilio de Ípola.
El 7 de abril de 1976 Emilio de Ípola fue secuestrado por
un comando del Primer Cuerpo del Ejército. Veinte meses más tarde, al salir de
prisión, escribió una primera versión de LA BEMBA , donde se dedicó a analizar el modo de funcionamiento
de los rumores en la cárcel.
El origen de la denominación de estos discursos precarios
y fragmentarios se remontan a las “radios-bembas”, informaciones que circulaban
de boca en boca en Cuba antes de la revolución. En Cuba, la expresión “bemba”
designa popularmente a los labios gruesos y prominentes. Por extensión,
significa “rumor” o “versión”.
Transmitidas de celda en celda y de pabellón a pabellón,
las bembas responden a la escasez de información y a las condiciones de
reclusión padecidas por los presos políticos y comunes.
La bemba
Por Emilio de
Ípola
“Para Pascua habrá 400 libertades”
“A fin de mes nos sacan los diarios”
“Van a negar pocos pedidos de salida
del país”
“Hay bronca entre Massera y Videla”
“El de la 232 es tira”
Algunas bembas. Fragmentos de un
discurso desarmado y precario. Frases transmitidas de celda a celda, de
pabellón a pabellón, e incluso de prisión a prisión. Comentadas, elaboradas,
transformadas, en los patios de recreos y visitas. Retenidas tenazmente algunas,
rechazadas otras. Alimentos de la esperanza y, a veces, del miedo. Pero, por
sobre todo, exorcismos contra la ignorancia, la desinformación y la
incertidumbre. Los presos políticos las llamaban “bembas”. Son el tema
principal de innumerables conversaciones y discusiones, son asimismo ocasiones
ejemplares para ejercicio de las actitudes más opuestas: del escepticismo,
tanto como de la ciega confianza; del humor, tanto como del severo análisis;
del desprecio, tanto como del cálculo minucioso.
En todo caso, ningún preso político
es ajeno a ellas. Ninguno ha dejado de verse atrapado en las complejas redes de
esos rumores. Frases efímeras, frágiles y, sin embargo, irresistiblemente
seductoras. Nadie ha dejado de “trabajar” las bembas, (de trabajar para ellas)
ni, por lo tanto, someterse a sus duras exigencias. Prisioneros del Estado, los
presos políticos lo son también, en parte, de esos discursos. En parte,
solamente; las bembas también constituyen una forma elemental de resistencia
contra la opresión carcelaria.
En este trabajo nos proponemos
esbozar un primer análisis de ese fenómeno discursivo. Esto es: simplemente
describir algunos aspectos de su producción, su circulación y su recepción en
el interior del espacio y tiempo carcelarios.
En el caso de las bembas,
circulación y producción van juntas. En su constante deambular, la beba se
transforma y se matiza, se simplifica o bien se expande, de divide y bifurca, o
bien se combina con otras. Dicho de otro modo, la bemba aparece como un
fenómeno espectacular de “nomadismo discursivo”, cuyo tiempo de vida es
exactamente equivalente a su tiempo de circulación. No hay bembas sedentarias,
capaces de sobrevivir en el ámbito “inmóvil” de una memoria. A veces, para ser
transmitida, una bemba debe ser escrita, pero el papel que la registra, una vez
leído, es inmediatamente destruido. Como consecuencia de ello, las bembas son,
para así decir discursos “desechables”; se las utiliza hasta que se gastan y
jamás se las acumula. Simplemente, cuando caen en desuso –eso es, cuando no son
aptas para circular- se las reemplaza por otras. Hay temas recurrentes en las bembas (por ejemplo, el de las
libertades), pero sólo muy raramente bembas
recurrentes. (…)
La cárcel política funciona como una
máquina rigurosamente controlada y siempre perfeccionada de desinformación:
Dicho en términos simples: ningún preso político sabe o, mejor ninguno debe
saber lo que va a ocurrirle en el futuro inmediato. Futuro inmediato que,
además, no se cuenta en semanas y días, sino en horas y en minutos. En
cualquier momento puede ocurrirle cualquier
cosa: ser cambiado de celda, de pabellón o de prisión, ser interrogado,
castigado sin conocimiento de causa, etc. En cualquier momento su existencia
puede ser imprevista y abruptamente transformada, y el abanico de posibilidades
va desde la prisión hasta la muerte. (…) Es decir, el preso político no es como
los otros, porque es alguien que sabe”; oscura conciencia de la íntima
compenetración entre saber y poder (entre el Saber y el Poder); confesión, no me
nos dura y vergonzante, de una cierta impotencia de la autoridad ante ese saber
imposible de contrabalancear efectivamente y que la lógica carcelaria se
contenta con tratar de neutralizar, impidiéndole ejercerse. (…)
La bemba es una información relativa,
directa o indirectamente, a la situación presente o futura de los detenidos
políticos, y carente de toda confirmación oficial. Este carácter incierto de
las bembas es siempre explícito: en la jerga carcelaria se distingue
nítidamente a la bemba de la llamada información “posta” (eso es, información
verificada e indiscutible). Asimismo, desde el momento que una bemba se
confirma o se desmiente, categóricamente desaparece como tal.
Para que una bemba “haga carrera”,
es decir, circule, sea analizada, sopesada y, como ocurre casi siempre,
transformada y reelaborada, debe reunir ciertas condiciones:
Debe
ante todo parecer verosímil.
Es
raro que la bemba circule entre “desconocidos”. Cuando una bemba logra
atravesar los muros y llegar a otro pabellón, esto se debe a que el emisor y el
receptor no son extraños el uno al otro.
En
su enunciado mismo no debe aparecer ninguna huella que haga sospechar que el
transmisor ocasional es la fuente originaria de la información (El “fabricante”
de la bemba).
Tampoco
puede adquirir el estatus de bemba una versión demasiado acompañada de
garantías demasiado sólidas. La confiablidad total, tanto como el total
escepticismo, son mortales para las bembas.
Hay bembas “POSITIVAS” y bembas “NEGATIVAS”.
Las primeras son más abundantes que las segundas. Toda bemba pesimista es
contrabalanceada por una bemba optimista; en cambio, una bemba positiva no
provoca necesariamente una bemba negativa. (…)
Cada versión de una bemba funciona
así como una suerte de materia prima para un trabajo de reelaboración. La circulación de una bemba es
siempre es siempre circulación productiva.
Sin embargo, eso no es todo. También esa producción es productiva en un segundo sentido, en la medida en que obliga constantemente a recrear, a
reinventar, sus propias condiciones materiales de ejercicio.
Las técnicas son variadas (dependen
en gran medida de cada establecimiento penal): utilización del lenguaje de los
sordomudos para comunicarse entre pabellones vecinos; empleo de las cañerías de
las letrinas, previamente lavadas y desagotadas para enviar mensajes escritos;
los jarros de aluminio del desayuno, utilizados como una suerte de “teléfonos”.
Señalemos por último que, si bien el
espacio de circulación de las bembas es fundamentalmente el medio carcelario,
no se limita a él. Incluye a los allegados de los detenidos, quienes al cabo de
un tiempo “entran en el juego” de su producción-circulación y de su consumo.
(…)
Las bembas constituyen, por así
decir, el grado cero de la resistencia interna de los presos políticos a la
desinformación erigida en sistema. Que a menudo –aunque no siempre- esos
discursos produzcan un simulacro, una caricatura, o una ilusión de saber,
importa menos que la continua renovación de los circuitos ilegales de
comunicación que la circulación de las bembas produce constantemente.