Viernes 23 de agosto
CURSO ANUAL (Plan Anterior)
TEÓRICO Nº 12
SEMÁNTICA DEL OBJETO
Este apunte es una Guía de Lectura con
comentarios.
Puede leerlo de corrido (como cualquier apunte)
o, punto por punto, siguiendo la lectura simultánea del texto Semántica del objeto de
Roland Barthes.
Recomiendo la segunda opción.
0.-Hemos señalado que el prefijo sema se
refiere a aquello que es del orden del contenido,
del sentido. Este tema trata sobre el sentido del objeto, desde la perspectiva
estructuralista de Roland Barthes.
Desde otra perspectiva, la tradición del positivismo lógico y su derivado
funcionalista, se clasifica la semiótica (Morris y Carnap) en sintáctica,
semántica y pragmática. La sintáctica tiene por objeto de estudio las
relaciones formales entre los signos con exclusión de lo que ellos significan.
La semántica se interesa por la relación entre los signos y los objetos a las
cuales son “aplicables”. La pragmática, según Morris, es “la relación de los
signos con sus intérpretes”, es decir, con el sujeto que designa.
La semántica se relaciona con el sentido tanto para el funcionalismo como para
el estructuralismo, en las líneas que siguen veremos que éste último planteará
la noción de significado como una relación estructural.
1.“El objeto, en nuestra cultura, pertenece a lo que comúnmente se
califica de cultura
técnica”. Para nosotros, el objeto es un área de estudio que se organiza en
tres carreras: Diseño Industrial, Diseño Textil y Diseño de Indumentaria.
El Diseño Industrial podría (es la pretensión de algunos) incluir al Diseño
Textil y al Diseño de Indumentaria. No hay ningún problema en considerar a
determinados productos textiles o de Indumentaria como objetos técnicos, lo
son. Pero también es cierto que el uso de “lo textil” y el uso del indumento
tienen ciertas características muy particulares; ciertas singularidades con
relación al cuerpo. Los objetos de indumentaria y los objetos suponen, además,
complejidades estéticas y tecnológicas suficientes como para configurar
carreras por separado.
2.-La semiología concebida por Saussure como una ciencia que incluye a
la lingüística (los sonidos articulados) ha recibido, durante el siglo XX,
distintos aportes de otras ciencias para plantear no sólo el objeto lingüístico
sino “de qué manera los hombres dan sentido a las cosas que no son sonidos”.
Este interés ha tenido dos obstáculos:
a) Estudiar signos muy rudimentarios, con escaso interés sociológico como, por
ejemplo, el código vial.
b) El lenguaje interviene siempre, especialmente como títulos o subtítulos de
las imágenes.
3,-La imagen es polisémica. Un subtítulo puede “anclar” uno de los
sentidos posibles de una imagen. En ese caso, se dice que cumple la
Función de Anclaje, o bien, puede relevar el sentido, de tal manera que
produce un sentido que abarca al texto y la imagen. En ese caso se dice que
cumple
la
Función de Relevo. La Función de Anclaje y la
Función de Relevo son los dos modos en que se relacionan las imágenes con
los textos que las acompañan.
Note
que, a propósito de la relación texto-imagen, Barthes sostiene que “por eso no
es justo afirmar que nos encontramos exclusivamente en una cultura de la
imagen”.
El capítulo “Semántica del objeto” (incluido en el libro La aventura
semiológica) es una conferencia de Barthes del año 1964 publicada por primera
vez en 1966. El asunto de la “cultura de la imagen” no es nuevo, tiene… 50
años. Los nuevos son quienes divagan sobre la cultura de la imagen sin haber
leído a Barthes.
4.-La diferencia entre significar y comunicar: “(...) los objetos no
transmiten solamente informaciones, sino sistemas estructurados de signos”.
5. -
Tres
aspectos de la definición de objeto (según el diccionario):
a) Lo que se ofrece a la vista
b) Lo que es pensado (por oposición al sujeto que piensa)
c) El objeto es alguna cosa. La definición del diccionario “no nos enseña nada,
a menos que intentemos ver cuáles son las connotaciones de la palabra “objeto”.
Es importante señalara aquí que Barthes se refiere a las connotaciones de la
palabra “objeto”, no a las connotaciones del objeto cosa.
6. -
Primer
grupo: connotaciones existenciales del objeto. Algo inhumano (fuera de lo
humano) “que se obstina en existir”. Segundo grupo: connotaciones tecnológicas
del objeto. El objeto se define como lo que es fabricado, una forma normalizada
sometida a normas de fabricación y calidad. Así, no es otra cosa que un
“elemento de consumo”.
Barthes extenderá la clasificación de este segundo grupo. Entonces, “el objeto
es una especie de mediador entre la acción y el hombre”.
Por bibelots debemos
entender aquellos objetos que no tienen (casi) valor de uso material, su
“función” se consume en el valor estético, son, si prefiere, adornos basados en
objetos de uso: su uso es fuertemente simbólico
Ahora bien, en cualquier caso, “siempre hay un sentido que desborda el uso del
objeto”. Y así sobrevienen las preguntas para este tema:
- ¿Cuándo se produce esta especie de semantización del objeto?
- ¿Cuándo comienza la semantización del objeto?
Fíjese que la pregunta es casi una sola (¿”cuándo se produce?”; “¿cuándo comienza?”),
Barthes hace una distinción entre la producción de semantización y el comienzo
de esta semantización. El objeto hace sentido, se inviste de sentido y ahí
comienza el sentido. La respuesta rápida a esta pregunta doble sería: desde el
mismo momento en que el objeto es producido. En el ejemplo de la capa para
lluvia (“paenula”) de la época de la república romana, queda clara la
diferencia entre el valor de uso del objeto y, luego, a partir de su
fabricación en serie, de su extensión en el uso, la prenda “se convirtió en
vehículo de un
sentido
que es el de la militariedad”. La militariedad es un segundo sentido, un
sentido connotado.
7.-
No
existen objetos sin sentido. Aún en un objeto improvisado, ese objeto se
convierte en signo de la función que desempeña. Un objeto –por lo menos- se
significa a sí mismo.
8. -
Como
todo signo el objeto se encuentra en el cruce de dos coordenadas:
a)
La coordenada simbólica.El
objeto tiene, por lo menos, un significado. El objeto tiene siempre, cierta
“profundidad metafórica”.
b)
La coordenada de la clasificación.Clasificamos
los objetos. Por ejemplo, la clasificación en los almacenes (clasificaciones de
stock).
Otro
ejemplo es la enciclopedia, que no es otra cosa que el compendio de una
clasificación.
Resumiendo
hasta aquí: tenemos dos grupos de connotaciones del objeto: las existenciales y
las tecnológicas. Además, consideramos el objeto como “el punto de
intersección” entre un eje (intenso) del significado y un eje (extenso) de las
clasificaciones.
9.-El objeto es, siempre, un signo.
10.-Para estudiar el sentido de los objetos debemos operar con la misma
metodología con la que venimos insistiendo durante el curso: objetivar es tomar
distancia del “objeto” de estudio. “(...) tenemos que darnos a nosotros mismos
una especie de sacudida, de distanciamiento, para objetivar el objeto,
estructurar su significación...”. Para eso Barthes propone recurrir al orden de
representaciones de la publicidad, el cine o el teatro, donde el objeto es
seguro que estará semantizado “(...) no basta presentar al público un vestido
de cantinera realmente ajado para que signifique el deterioro: es preciso que
usted, director, invente los signos del deterioro”.
11..
En el primer capítulo sobre semiología, advertimos el carácter material del
significante. “Los significantes del objeto son, naturalmente, unidades
materiales, como todos los significantes de todo sistema de signos”.
Barthes define dos ”estados” del significante:
a) Un
estado puramente simbólico.
Cuando
un significante, es decir, un objeto remite a un solo significado.. Ya lo vimos
en Mitologías, cuando el significante remite a un significado estamos en
presencia del Lenguaje... Objeto (¡oh, casualidad!).
Tenemos
el caso de “los grandes signos mitológicos” (la cruz cristiana). Ver qué pasa
con esos grandes signos en la época de la sociedad técnica. Otro caso, son las
“relaciones desplazadas”, deslizamientos del sentido, esto es: (ya lo vimos)
las metonimias. Ver ejemplo de la naranja y lo jugoso.
b) Las
colecciones de objetos, las pluralidades organizadas de objetos.
Ojo, prestar mucha atención, detenerse, preguntar y discutir lo siguiente:
Hay que tener cuidado aquí en comparar el objeto con la palabra que estudia la
lingüística y la colección de objetos con la oración: será una comparación
inexacta porque aislado es ya una oración; es una cuestión que los lingüistas
han elucidado bien, la cuestión de las palabras-oraciones; cuando usted ve en
el cine un revólver , el revólver no es el equivalente de una palabra a un
conjunto más grande; el revólver es ya él mismo una oración, una oración
evidentemente muy simple, cuyo equivalente lingüístico es: “He aquí un
revólver”.
Una
colección de objetos (por ejemplo, una colección de moda) es una composición de
objetos. “Estas composiciones de objetos son sintagmas, es decir, fragmentos
extensos de signos.” Vea aquí la diferencia conceptual entre oración y
sintagma.
La
sintaxis de los objetos es muy particular: se trata de la parataxis, la
yuxtaposición de elementos. Ver ejemplo de los muebles de una habitación que
puede ser trasladado a los distintos indumentos de una colección. “(...)
converge en un sentido final (un estilo) mediante la sola yuxtaposición de
elementos.”
12.-Pero no se trata que por el simple hecho
de juntar objetos estemos en presencia de un sintagma o que cualquier unión
haga sentido en el estilo. “(...) el objeto es polisémico, es decir, se ofrece
fácilmente a muchas lecturas de sentido”.
Los objetos se relacionan entre sí en virtud de una codificación (cultural) que
hace sentido.
13.-¿Existe un objeto fuera del sentido? Si un objeto siempre es un
signo, éste sería el caso de un objeto que se significa como “insignificante”.
Ver ejemplo de algunos directores de cine (de algunas películas).
14.-
En
síntesis:
a) En un primer momento el objeto se presenta siempre ante nosotros
como un útil funcional, un uso.
b) En un segundo momento esa función
de uso sustenta siempre un sentido.
Entonces, “(...) se puede decir que hay una suerte de lucha entre la actividad
de su función y la inactividad de su significación”.
Barthes agrega un tercer movimiento
c) “(...) es el momento en que se
produce un movimiento de retorno que lleva al objeto del signo a la función,
pero de una manera un poco particular.” (...) el objeto parece siempre
funcional, en el mismo momento que lo leemos como signo”.
Ver ejemplo del impermeable, especialmente indicado para el curso.
“Creemos
encontrarnos en un mundo práctico de usos, de funciones, de domesticación total
del objeto, y en realidad estamos también, por los objetos, en un mundo de
sentido, de razones, de coartadas: la función hace nacer al signo, pero éste
signo es reconvertido en espectáculo de una función (relea ejemplo del
impermeable). Creo que esta conversión de la cultura en pseudonaturaleza es
lo que puede definir la cultura de nuestra sociedad.”
NOTA:
No sirve para nada memorizar este apunte. Tampoco sirve memorizar “Semántica
del objeto” de Roland Barthes. Vaya y vuelva desde el apunte al texto de
Barthes todas las veces que sea necesario (4, 5, más). Por último, lea
detenidamente, párrafo por párrafo, el texto “Semántica del objeto” de Roland
Barthes sin este apunte, y lo entenderá.
Es cuestión de demorar la lectura sin apurarse por encontrar “claves”
informativas inmediatas.
Estudiar es una operación de producción de conocimiento; no es informarse, no
es repetir oraciones ni hacer resúmenes comodines.
Estas
recomendaciones se extienden a cualquier tema del curso.
Para la clase de Trabajos Prácticos del viernes 30 de agosto:
1. Estudiar este Apunte.
2. Estudiar “Semántica del objeto”, por Roland Barthes, en Módulo 1.