Miércoles 22 de enero
TEÓRICO Nº 2
LA SEMIOLOGÍA
Guía de lectura
DISEÑO.COM
Capítulo
1
“La
semiología”
1.
El signo: unidad mínima de significación.
2.
Definición de Lengua
3.
Definición de Habla
4.
Definición de Lenguaje
5.
La diferencia entre lengua e idioma
6.
La diferencia entre lenguaje y vocabulario
7.
La semiología: semeion
8.
Definición de Saussure
9.
El signo según Saussure: definición
10.
El significado
11.
El significante
12.
Lo arbitrario del signo
13.
Carácter lineal del significante
14.
Inmutabilidad y mutabilidad: conceptos solidarios
15.
El valor.
16.
Paradigma y Sintagma: los dos ejes del lenguaje
17.
Denotación y Connotación
18.
El signo de vestimenta.
19.
La diferencia entre objeto cosa y objeto lingüístico
20.
El lenguaje y las ideas
21.
El mito bíblico: lengua y habla en Adán.
22.
¿Tiene sentido la búsqueda de una lengua “perfecta”?
23.
Babel: la confusión de lenguas, el multilingüismo
24.
El lenguaje: una laberinto de símbolos
25.
La bifurcación es en el tiempo: carácter lineal del significante. Mutabilidad e
inmutabilidad
26.
El jardín de senderos es una enorme adivinanza
TEXTOS COMPLEMENTARIOS OBLIGATORIOS
Ajedrez,
por ejemplo
El
que sigue es un ejemplo de Ferdinand de Saussure para lo conceptos de valor,
sincronía y diacronía. Son fragmentos tomados de los capítulos “La lingüística
estática y la lingüística evolutiva” e “Identidades, realidades, valores”
del Curso de lingüística general.
(…) Una partida de ajedrez es como una
realización artificial de lo que la lengua nos presenta bajo una forma natural.
Veámoslo
de cerca.
En
primer lugar, un estado de juego corresponde perfectamente a un estado de
lengua. El valor respectivo de las piezas depende de su posición en el tablero;
lo mismo que en la lengua cada término tiene su valor por oposición con todos
los demás términos.
En
segundo lugar, el sistema nunca es más que momentáneo; varía de una posición a
otra. Es que los valores dependen también, y sobre todo, de una convención
inmutable, la regla del juego, que existe antes del inicio de la partida y
perdura tras cada jugada. Esta regla, admitida de una vez por todas, existe
también en materia de lengua: son los principios constantes de la semiología.
Por
último, para pasar de un equilibrio a otro, o –según nuestra terminología- de
una sincronía a otra, basta el desplazamiento de una pieza; no hay trastorno general.
Aquí tenemos el paralelo del hecho diacrónico con todas sus particularidades.
En efecto:
a)
Cada jugada de ajedrez no pone en movimiento más que una sola pieza; de igual
modo, en la lengua los cambios se refieren a elementos aislados.
b)
A pesar de esto, la jugada tiene una repercusión en todo el sistema; al jugador
le es imposible prever exactamente los límites de ese efecto. Los cambios de
valores que resulten serán, según el caso, o nulos, o muy graves, o de
importancia media. Tal jugada puede revolucionar el conjunto de la partida y
tener consecuencias incluso para piezas dejadas de lado. Con la lengua ocurre
exactamente lo mismo.
c)
El desplazamiento de una pieza es un hecho absolutamente distinto del
equilibrio precedente y del equilibrio subsiguiente. El cambio operado no
pertenece a ninguno de esos dos estados: pero los estados son lo único
importante.
En
una partida de ajedrez, cualquier posición dada tiene por carácter singular
estar liberada de sus antecesores; da exactamente igual que se haya llegado a
ella por una vía o por otra; el que ha seguido toda la partida no tiene la
menor ventaja sobre el curioso que viene a ver el estado del juego en el
momento crítico; para describir esta posición es completamente inútil recordar lo
que acaba de pasar diez segundos antes. Igualmente, todo esto se aplica a la
lengua y consagra la distinción radical de lo diacrónico y lo sincrónico. El
habla no opera más que sobre un estado de lengua, y los cambios que suceden
tras los estados no ocupan en ellos lugar alguno.
Sólo
hay un punto en que la comparación no concuerda: el jugar de ajedrez tiene la
intención de realizar el desplazamiento y de ejercer una acción sobre el
sistema, mientras que la lengua no premedita nada; es espontánea y
fortuitamente como sus piezas se desplazan –o mejor, se modifican- en ella.
Para que la partida de ajedrez se parezca por entero al juego de la lengua,
habría que suponer un jugador inconsciente o ininteligente. Por otra parte,
está única diferencia hace más instructiva aún la comparación, mostrando la
absoluta necesidad de distinguir en lingüística los dos órdenes de fenómenos:
Porque si los hechos diacrónicos son irreductibles al sistema sincrónico que
condicionan cuando la voluntad preside un cambio de ese género, con mayor
motivo lo serán cuando enfrentan una fuerza ciega con la organización de un
sistema de signos.
(…)
Tomemos un caballo: ¿es en sí mismo un elemento del juego? No, con toda
seguridad, porque en su materialidad pura, fuera de su casilla y de las demás
condiciones del juego, no representa nada para el jugador y sólo se convierte
en elemento real y concreto cuando se reviste de su valor y forma cuerpo con
él. Supongamos que en el transcurso de una partida esta pieza resulta destruida
o perdida: ¿se la puede reemplazar por otra equivalente? Por supuesto: no
solamente por otro caballo, sino por una figura carente de todo parecido con
ésta que será declarada idéntica, con tal que se le atribuya el mismo valor.
Lenguaje,
del diccionario
Etimología:
Del latín lingua “órgano humano para comer y pronunciar”, de
donde deriva lenguaje “manera de hablar” y otros vocablos como lenguado “pez
con forma de lengua”.
LENGUAJE.
· Conjunto
de sonidos articulados con que el hombre manifiesta lo que piensa o siente.
· Lengua,
sistema de comunicación verbal.
· Manera
de expresarse. Lenguaje culto, grosero, sencillo, técnico, forense, vulgar.
· Estilo
y modo de hablar y escribir de cada persona en particular.
· Uso
del habla o facultad de hablar.
· Conjunto
de señales que dan a entender algo. El lenguaje de los ojos, de las flores.
· Informática.
Conjunto de signos y reglas que permiten la comunicación con un ordenador.
· Informática.
–de alto nivel. Lenguaje que facilita la comunicación con un computador
mediante signos convencionales cercanos a los de un lenguaje natural.
· Informática.
–ensamblador. Lenguaje muy similar al de máquina, con pequeñas modificaciones
mnemotécnicas que facilitan su uso. Es de nivel inmediatamente superior al de
máquina.
· Informática.
–máquina. Conjunto de instrucciones codificadas que una computadora puede
interpretar y ejecutar directamente.
· Conjunto
de sonidos articulados
Siguiendo
a Saussure “la lengua es el lenguaje menos el habla”. La definición es precisa
porque señala que si al lenguaje articulado le “quitamos” el habla que es su
puesta en acto individual, nos queda la lengua -como resultado- que son las
reglas, las normas, las convenciones, etc. El habla es individual y la lengua
es social. Por cuestiones didácticas siempre he definido al lenguaje
constituido por la lengua y el habla. Esta “solución” supone un pasaje de
términos que resulta de más fácil comprensión que la formulación original de
Saussure.
…
con que el hombre manifiesta lo que piensa y siente.
“El
hombre – ya sabemos es una generalización que se refiere a “seres humanos” o,
mejor aún a sujetos. Creo que no vale la pena señalar el prejuicio sexista. .
El diccionario da por supuesto que “lo que sueña” se halla dentro de “lo que
piensa y siente”.
Lengua,
sistema de comunicación verbal.
Aquí
es donde más cerca estamos de la definición de lenguaje según Saussure. Esta
acepción responde a la noción de lenguaje que surge de la lingüística y -más
precisamente- de la semiología. En efecto, “en la lengua no hay más que
diferencias”, y esas diferencias son fonológicas. Dicho de otra manera: el
lenguaje es un sistema porque la lengua lo es.
Manera
de expresarse. Lenguaje culto, grosero, sencillo, técnico, forense, vulgar.
El
estilo se encuentra inscripto en el lenguaje pero no es en sí mismo un
lenguaje. Cuando no referimos al estilo de un escritor como un lenguaje, lo
hacemos porque ese estilo marca una tendencia, un paradigma dentro de la
literatura, o una marca de su identidad.
Conjunto
de señales que dan a entender algo. El lenguaje de los ojos, de las flores.
En
las conversaciones cotidianas nos referimos a ciertos repertorios o glosarios
como un lenguaje. Bien, estos conjuntos de términos no son un lenguaje para la
semiología porque su “razón de ser” es un conjunto de términos que –no
necesariamente- se establecen por oposiciones y diferencias. Una colección no
es un lenguaje. Menos aún cuando los elementos de ese repertorio no son
lingüísticos, como es el caso de las flores. En cuanto al lenguaje de los ojos,
yo hubiera preferido como ejemplo “el lenguaje de la mirada”; sean ojos o
miradas, tampoco son lenguajes.
El
color -como percepción material- tampoco se constituye en un lenguaje. Esta
cuestión la encontrará ampliada en un el subtítulo “¿Semiología o semiótica del
color?” del capítulo “Las connotaciones del color de diseño.com. También en una
conferencia que di sobre el mismo tema en el Congreso ARGENCOLOR 2002, en la
ciudad de Rosario (se encuentra en internet:
www.fadu.uba.ar/sitios/sicyt/color/02pon.htm ).
Uso
del habla o facultad de hablar
Nuevamente
nos podemos acercar a Saussure: “el lenguaje no es natural en el hombre, lo que
es natural es su capacidad de producir hechos de lengua”.. Venimos “diseñados”
para el lenguaje pero no nacemos con lenguaje. Es obvio, en esta acepción han
quedado excluidos los animales debido a que poseen ciertas conductas
adaptativas de señales que no son un lenguaje verbal (aunque algunos respondan
con determinada conducta a determinada palabra). Es cierto: “algunos perros
sólo les falta hablar”. Es más, uno podría decir que “lo hacen a su manera”,
pero –lamentablemente- esto no es más que una resignificación o una metáfora.
Informática.
Conjunto de signos y reglas que permiten la comunicación con un ordenador.
Es
interesante ver el espacio que el Diccionario de la Lengua Española (2001)
adjudica a todas las acepciones que surgen de la informática.
Veamos:
la comunicación con un ordenador no es tal. En todo caso, podemos decir que nos
comunicamos a través de ordenadores (para nosotros “computadoras”) mediante el
correo, el Chat, etc. Podríamos agregar que la PC es, sobre todo, un Medio de
Comunicación. Pero cuando usamos la PC con cualquier programa “sin conexión” no
nos estamos comunicando con la máquina. El hecho de que la relación se
establezca a partir de un sistema de códigos complejo no significa que entre
una persona y la máquina se establezca una comunicación (sería equivalente a
decir que nos comunicamos con un cuaderno o una licuadora). La interfase ha
hecho cada vez más íntima la relación entre el sujeto y la PC, la ha
“naturalizado”. Pero, la PC sigue siendo una máquina; no es un sujeto.
El
diccionario separa y aclara los distintos niveles de “lenguaje” entre el sujeto
y la interfase, el “lenguaje” de los programas (cada vez más analógicas), y el
“lenguaje de máquina” casi inaccesible para el usuario común. Bien, siguiendo
las definiciones de Saussure no son lenguajes: son modelos de codificación.
Para la clase de trabajos prácticos
del jueves 23 de enero:
Estudiar:
En DISEÑO.COM:
Prólogo,
Introducción y Capítulo 1 "La semiología"
En
Módulo 1:
Del Curso de lingüística general,
Ferdinand de Saussure:
Capítulo
IV: El valor lingüístico.
Capítulo
V: Relaciones sintagmáticas y relaciones asociativas.